miércoles, 21 de noviembre de 2018

Carrito Bebecar Hip-Hop


Este ha sido el primer carrito de mi bebé. Sí, he dicho el primero, antes de los 5 meses ya hemos cambiado. Si alguien busca opinión sobre éste en concreto espero que le sea muy útil. Intentaré ser clara y fiel a mi criterio.
Después de mucho mirar, teniendo claro lo que queríamos y lo que no, pero con 0 experiencia, nos decantamos por este carro, el Bebecar Hip-Hop, con el capazo XL, silla, bolsa a juego y saco de invierno. Todo esto por 1.100 €. Ahí es nada...
Es un carro de gama media-alta, con tela antimanchas y con unos acabados y detalles que lo hacen diferente al resto. Incluso antes de comprarlo me llamaba la atención si me cruzaba con alguno en la calle.
Lo resumiré en Pros y Contras.

Pros:
  • Es muy estable por su peso, unos 13 kilos, no tiembla ante suelos irregulares.
  • Ruedas grandes, genial para bordillos altos y baches.
  • Ligereza de movimiento, se maneja muy bien con una mano.
  • Plegado intuitivo, con un solo movimiento y sin agacharse.
  • Materiales de primera, tanto el chasis como la parte textil son de calidad.
  • La bolsa es amplia, sin llegar a ser un maletón.
  • El capazo es muy grande, 73 cm de alto.
  • La silla se reclina 180º sin quedar en forma de L (importante para recién nacidos o bebés que duermen boca abajo).
  • Frena muy bien.
  • El saco de invierno es muy gordito.
Contras:
  • Para meterlo en el maletero tenía que meter el capazo o la silla por un lado, el chasis por otro y las ruedas por otro. Con prisas o el niño llorando imaginaros el percal...
  • Al ser muy pesado cagarlo por las escaleras del portal se hace engorroso.
  • Las ruedas son tan grandes que teníamos que quitarlas para poder meterlo bien en el maletero.
  • El plegado es de risa, si tienes una berlina 4 puertas, este no es tu carro.
  • La bolsa, a pesar de ser amplia, no tiene bolsillos, solo una rejilla interior, pero sin compartimentos más pequeños para llaves o cosas pequeñas.
  • El capazo es muy pesado y el asa para transportarlo puede fallar y cerrarse mientras transportas al bebé.
  • La silla también es bastante pesada.
  • Tuvimos que comprar un colchón para el capazo y otro para la silla, puesto que eran muy duros y yo no habría aguantado ahí sentada ni media hora.
  • El freno es tan duro que para quitarlo tienes que hacerlo con la mano, ya que con el pie no se puede.
  • El saco de invierno no viene incluido.
  • Los corchetes en los que se sujeta la bolsa se sueltan constantemente y tuve que ponerle otros 2. La bolsa cuesta 150 €...

Como veréis las cosas buenas también pueden tener su parte negativa, y es que a pesar de lo que me gusta este carro, no se si volvería a comprarlo. Quizá si mi portal tuviera rampa, o si mi coche fuera un todo terreno o una monovolumen quizá sí, pero dado su peso y sus dimensiones me he visto obligada a cambiar de carro.
También decir que en este mundo de los carritos (o de la puericultura en general) encontrar un establecimiento que te asesore es muy difícil. O están para vender lo que tú ya sabes que quieres comprar, o ir a una tienda a preguntar las diferencias en los modelos de la marca supone ver a la dependienta con cara de pocker. En el Corte Ingles salieron del paso diciéndome algo que después descubrí que no era cierto, y en otra tienda que distribuía Bebecar, escribiéndoles un email (dándole tiempo para informarse) directamente me pasó el teléfono del representante para que le preguntara, ahí con ganas de trabajar...

Próximamente haré otro post del carrito que ha sustituido a este, y que nos ha facilitado mucho la vida, aunque con sus peros.

Señora S.


jueves, 8 de noviembre de 2018

Mi lactancia

 
Cuántas veces me pregunté por qué había tanto artículo, tanto libro, tanto en torno a lactancia, cuántas veces pensé que le daban demasiada coba a algo tan simple como "se llena la teta de leche - el niño se toma la leche- y vuelta a empezar". Ilusa...

En el hospital

Se enganchó a los 10 minutos de nacer, después de que lo viera el pediatra, me lo colocó y le metió mi pezón en la boca. Fue un poco brusco pero entiendo que es importante conseguirlo cuanto antes. Nunca olvidaré esa primera sensación, era un poco doloroso, hacía mucha succión, estaba estresado, acababa de pasar por una experiencia muy mala. Pero fue una sensación muy bonita.
Las horas posteriores no fueron como imaginé, tenía hambre, quería estar constantemente enganchado y me faltaba práctica en la postura. Era muy pequeñito y yo muy primeriza. Pero el Señor J me colocaba una almohada debajo o me levantaba la cama cada vez que lo necesitaba.

Nació un martes, el jueves seguía sin subir la leche y la succión cada vez era más dolorosa. Por lo que el ginecólogo vino y nos enseñó como alimentarle con leche artificial sin interferir en la lactancia: le ponía al pecho y me tiraba la leche por encima para que resbalara hasta su boca. La cosa era engañarlo y cuando succionaba me tiraba la leche, (me puso perdida). Pero el principal problema es que se quedaba dormido constantemente, y nos pasábamos la toma intentando despertarle.
Le vio el pediatra y me dijo que si en un par de días no me había subido la leche que le diéramos biberón. Las hormonas me hacían negarme y no querer que mi lactancia peligrase. Pero el ginecólogo volvió a verme para darme el alta y me contó las consecuencias de que no me subiera la leche. Deshidratación y desnutrición que podrían crearle problemas muy graves a nivel intestinal y neuronal.

En cuanto llegamos a casa el viernes el Señor J bajó a por un bote de leche a la farmacia.

Las primeras semanas

Ahora lo entiendo todo, creo que no he consultado tanto internet como con la lactancia. Poquitas cosas crean tanta inseguridad como el saber si tu hijo se está alimentando bien. Le dábamos un biberón de 30 ml después de mamar, pensando que si lo rechazaba estaría saciado, pero lo aceptaba la mayor parte de las veces. No se lo dábamos en todas las tomas, pero sí en la mayoría. Me arriesgaba a que rechazara el pecho, pero seguía ofreciéndoselo constantemente, en cuanto le veía con signos de hambre, sin dejarle llorar.
Empecé a sacarme leche solo para comprobar cuanto producía, y luego se lo dábamos en un biberón. En este primer mes no conseguí sacar más de 30 o 40 ml.

Las noches eran matadoras, ya que comía cada hora u hora y media, alguna vez hacía 2 horas.
Quería dejar la lactancia a cada momento, el cansancio y el dolor me estaban matando. No me salieron grietas pero los pezones me ardían como en carne viva y el roce de algunas camisetas me quemaba. El Purelan se convirtió en mi mejor amigo, tenía un bote en el salón y otro en el dormitorio.

 La única manera de producir más leche es poner mucho al bebé a mamar y/o sacarte la leche. Y esto lo subrayo por todos los bulos que circulan por ahí de superalimentos, hierbas, homeopatías y jugos mágicos. Solo la buena alimentación hará que haya una buena producción y de buena calidad.

Primer cumplemes

Estando en la playa tuve momentos buenos y malos, no estaba en casa, pero tenía a mis padres cerca y cuatro manos más ayudan. Lo único que me dejaba tranquila del todo es lo rápido que estaba cogiendo peso, hubo semanas de medio kilo, el resto entre 300 y 400 gramos, cuando lo que me dijeron fue entre 150 y 250 gramos a la semana.

Al poco de cumplir el mes decidí­ establecer su primera rutina: a las 8 de la tarde el baño, un biberón y a la cama. Aunque era muy pequeño, todos los dí­as así­ y poco a poco me di cuenta de que fue una muy buena decisión. Habí­a dí­as que nos daban las 11 de la noche, pero en menos de un mes estábamos cenando a las 21 o 21:30, y ese momento de descanso lo era todo para mi.

Seguía con dolor en el pecho, sobre todo cuando empezaba a mandar, luego iba pasando. Fuimos eliminando biberones, en plena noche ya no le dábamos y por el día se tomaba un par de ellos, contando el de la cena. Yo aún así me sacaba la leche, y cuando juntábamos una cantidad de 60 ml ese era el biberón que le dábamos.


Dos mesecitos

Volvimos a casa para sus primeras vacunas, las de los dos meses. Esa fue la primera vez que comprobé lo de la "tetanalgesia". El dolor de la vacuna lo curó mi pecho, o al menos lo alivió.
Empezó a hacer tomas más espaciadas y ya no se dormía tanto, el pecho ya no me dolía casi nunca y la técnica de sacarme discretamente la teta en cualquier sitio estaba dominada.
El señor J se incorporó a trabajar y eso para mí supuso unos días malos y creo que mi bebé también lo notó.
Las noches empezaron a ser bastante buenas, dormía 12 horas con 4 tomas aproximadamente. Muy llevadero.
Pero por el día se empezó a hacer difícil descansar, unos vecinos estaban de obras, esas obras que duran meses, que tiran paredes y que dan golpes desde las 9 de la mañana hasta las 6 de la tarde. Estábamos a finales de agosto, y en la calle no se podía estar a partir de las 11. Lo que por suerte me obligó a coger el coche por primera vez yo sola. Lloraba mucho por estar solo y atado, pero



enseguida empezó a acostumbrarse, porque me pasaba horas paseando por los centros comerciales. Aire acondicionado, sofás cómodos, salas de lactancia no tan cómodas, baños y sitios donde comer algo.
Lo único con lo que tenía que tener cuidado era con los aires acondicionados, taparle a él y taparme a mi cuando estuviera mamando.

Los 3 meses

Dos días antes de que cumpliera 3 meses me incorporé a trabajar a media jornada. Que locura! pensaron muchos, pero hice esto precisamente por él. Mi trabajo es de horario partido de 9 a 14 y de 16 a 19, lo que supone estar 10 horas sin ver a mi bebé. Incompatible con la lactancia materna. Por lo que estaría toda la mañana con él, y solo estaría con las abuelas 2 horas hasta que llegara el Señor J.
Otra rutina que intenté establecer sin mucha presión es que durmiera la siesta a las 14 de la tarde, así podía comer justo antes de irme a trabajar y para las 19:30 ya estaría yo para darle un chupito antes del baño.
Si había comido mucho no le daba y como mi pecho venía cargadito de estar casi 4 horas sin sacarme me lo sacaba y así dejaba un biberón de mi leche para el día siguiente.
Como dormía bien, el mismo día que me incorporé a trabajar le pasamos a su habitación. Nos lo puso fácil, no notó la diferencia. Me puse un sillón para darle el pecho allí, y aunque me tenía que levantar de la cama descansábamos mejor, mi hijo es muy ruidoso durmiendo, sueña mucho y se mueve, y de esta manera el vigilabebés solo se activaba con un quejido más alto.
Al final de los 3 meses empezó la llamada "Crisis de lactancia" o "Crisis de crecimiento", mi bebé se enfadaba mucho mientras comía, quería comer más a menudo y mi pecho empezó a molestarme cuando llegaba a casa de lo hinchado que estaba.

Los 4 meses

La famosa crisis puede durar varias semanas, con días mejores y días peores, pero mi cuerpo se adaptó y podía sacarme hasta 120 ml de leche. Mi bebé tuvo noches de solo pedir 2 veces y otras 3 o 4, pero ya no quería dejarlo, me veía capaz de llegar a los 6 meses aunque tendría que cortarlo antes, ya que al poco de cumplir los 6 meses me incorporaría del todo y la lactancia no es compatible con mi trabajo.
A una semana y media de hacer los 5 meses quise correr mucho y cometí el error de adelantarle a mi bebé los cereales (sin gluten, claro). Le dí a probar una papilla pequeña, a medio día después de la teta, dos cucharaditas de cereales con unos 40 ml de mi leche. Que rico! Se reía y se relamía. Le encantaban. Solo lo comió dos días. Las dos noches que pasamos fueron para olvidar. Se despertaba cada hora, a veces cada media hora, estaba muy incómodo y se tiraba constantemente pedos que olían mal, cosa rara en él. No le estaban sentando bien, y la intención era introducir los cereales y quitar alguna toma de pecho para poco a poco ir destetando y que por la noche nos durara un poco más.
He rectificado una decisión por primera vez, y ha sido por querer correr. La pediatra me dijo que lactancia exclusiva hasta los 6 meses y eso es lo que intentaremos hacer.

Aunque me quedan todavía varias semanas está cerca el comienzo del destete, que por supuesto será gradual y respetado, sin ofrecerle pero sin negárselo, con ración doble de mimos y con la participación más activa de papá.
La lactancia es difícil pero bonita, alimentar a tu bebé con tu cuerpo no tiene precio.
Sacrificada pero muy cómoda, no tengo que preparar nada para salir de casa.

Si en algún momento te has sentido como yo y has querido dejarlo, hazlo, pero hazlo convencida, solo porque tú y/o tu bebé queréis, que no te pueda la culpa, que la sentirás, pero también te digo que si quieres seguir, es lo mejor que puedes hacer por tu bebé y te mando todo el ánimo posible para continuarla.

Señora S.

















lunes, 1 de octubre de 2018

El temido posparto


¿Veis esta montaña rusa? Pues así fueron mis primeros 15 días emocionalmente hablando.
Durante el embarazo me crucé con muchos artículos y posts sobre el posparto que no presté atención, imaginaba que serían unos días cansados, algo doloridos, etc. Pero resultaron más que eso. Ni que decir que si no hubiera tenido puntos todo habría sido diferente, pero aún así son unos días totalmente horrorosos.

De la lactancia no diré mucho porque me gustaría dedicarle una entrada a ella sola, tiene chicha. Pero fue un añadido al cansancio y al dolor.

Las visitas. Qué mal llevé las visitas!, y parece que si dices que no vengan eres mala persona, pero la sociedad ha creado una especie de obligación de conocer a los bebés nada más nacer que no es bueno para nadie, y menos para una madre que se siente como una leona protegiendo a su cachorro ante los peligros del mundo. Sobre todo la gente mayor, tíos y abuelos son menos flexibles en eso. Cedimos un poco porque en 15 días nos queríamos ir a la playa y estar allí un mes. Pero a Google pongo por testigo que si tengo un segundo hijo no admitiré ninguna visita hasta pasados al menos los 15 días del posparto, le pese a quien le pese. No volveré a ver a un hijo mío recién nacido pasando de mano en mano, solo para hacerse la foto, que llore por hambre o sueño y le importe un carajo a quién "le toca cogerlo". Nunca más.

También pagué la novatada nocturna. Cuando se despertaba encendíamos la luz, nos sentábamos le cogíamos, le daba el pecho, gases fuera, y acunarlo para volver a dormirlo. No dormíamos en toda la noche. Al cabo de una semana pedimos por Amazon una cuna de colecho, dudamos en comprarla porque nos dejaron una minicuna, pero fue lo mejor decisión que tomamos. Cuando se ponía nervioso o soñaba solo tenía que mover un brazo, y cuando le tocaba comer  le acercaba a mi pecho y comía mientras yo me quedaba en duermevela, terminaba y si no se quejaba no le sacaba gases y le volvía a mover a su cuna, no me tenía que levantar ni encender la luz.

Todo era una novedad y tenía muchas dudas, nos estábamos acostumbrando los 3 a la nueva situación. Pero cada cosa que hacía, ya fuera bañarle, cambiarle, vestirle o arroparle me suponía dudas, constantes preguntas de si lo estaré haciendo bien, sintiéndome culpable por infinidad de cosas. Yo no soy así. Pero en ese momento lo era. Una vez leí que en el hospital cuando te entregan a tu hijo te dan también una mochila cargada de culpa. Que poco a poco tienes que ir aprendiendo a eliminar.

Se supone que tenía que estar ilusionada, pero estaba muy cansada. Parecía que no mejoraría nunca y algún día rompía a llorar preguntándome por qué no me sentía la mujer más feliz del mundo. Hasta me sentía culpable por no estar exultante de felicidad. Para mí, mi marido tenía la culpa de todo, y todo lo hacía mal, pero a la vez sin él no podía hacerlo. Fue un apoyo muy grande, supo capear el temporal muy bien, porque estoy segura de que no fui la mejor compañía esos días.

Pasados 15 días (aproximadamente) nos fuimos a la playa, estábamos solos, relajados, y ahí empecé a enamorarme de nuevo de mi bebé y de mi marido.


Señora S

jueves, 27 de septiembre de 2018

Mi parto (segunda parte)

Pasadas las horas de dilatación, y llegado el momento del expulsivo todo se para, es el momento cumbre, donde voy a participar en el nacimiento de mi hijo, mi marido por fin ve que la espera termina.
Lo siguiente pasó muy rápido, mi matrona vino a hacer un tacto para ver como iba la cosa, y para mi sorpresa se dirigió esta vez al Señor J: "Uy, quieres ver la cabeza de tu hijo".
Empezaron a traen carritos, la cuna para el pediatra y le trajeron un batín verde al Señor J para no mancharse y le cubrieron las zapatillas. Ahí empecé a llorar, me puse un poco nerviosa y tenía miedo, pero estaba ilusionada. Ya llegaba el momento que tanto estaba esperando, iba a convertirme en madre en cuestión de minutos.
Entró mucha gente, enfermera, pediatra, matrona, ginecólogo y matrona en prácticas. Me subieron la cama y me pusieron las piernas en posición. Mi bebé estaba listo, me agarré a las barras y esperé instrucciones del médico. "Empuja!" Me salieron las fuerzas de las mismísimas entrañas. "Para!" la matrona y el ginecólogo vieron que podía desgarrarme por una parte, pero que al no ser una zona peligrosa no harían corte y dejarían que se desgarrara solo. "Empuja de nuevo!" Volví a empujar. Cabeza fuera. Con el esfuerzo no escuché el "Para!", y empujé más de la cuenta, lo que me produjo el desgarro. Mi niño venía con una vuelta de cordón pero con la mano entre el cuello y el cordón, por lo que no hubo problema, aunque en ese momento cualquier cosa te pone el corazón a 100. El ginecólogo enseguida quitó el cordón y me volvió a decir que empujara. Mi bebé salió. Cortaron el cordón y me lo pusieron encima.
No puedo llegar a este momento sin una lágrima y un suspiro, para mi fue un momento muy intenso, rompí a llorar y creo que el papá también se emocionó. Mi niño lloraba con fuerza, estaba calentito y muy resbaladizo. Era increíble tenerle en brazos. Estaba en ese momento que tanto había soñado, que tantos vídeos y fotos había visto, que tan lejano e imposible veía. Era mi momento, nuestro momento, el nacimiento de nuestro hijo.
El pediatra lo examinó, yo le pregunté varias veces si estaba bien, no pude verle entero por la postura, pero me lo devolvió a los dos minutos diciéndome que estaba muy sano. Me ayudaron a ponerle al pecho. Se enganchó enseguida y empezó a succionar. Qué dolor! Pero que bonito. Con 10 minutos de vida y ya enganchado, qué gozada.
A todo esto el ginecólogo seguía cosiendo... "Solo han sido 3 puntos", pero ya había dado bastantes más. Sufrí un pequeño desgarro exterior de 3 puntitos, algo pequeño, pero por dentro fue algo más que no quiso ni decirme, pero que no me preocupara que lo dejaría todo perfecto. Se lo enseñó a mi marido (qué cosas) ya que las curas tendría que hacerlas él.
No me dejaron llevarlo en brazos hasta la habitación (protocolos del hospital), asique llegó en brazos de su padre a conocer a sus abuelos que esperaban ansiosos.
Nació a las 9 de la noche, 12 horas de parto, pesó 3,010 y midió 51 cm.
Un precioso bollito de leche que nos hizo inmensamente felices.


Señora S.

miércoles, 26 de septiembre de 2018

Mi Parto (primera parte)

Madre mía, que de tiempo ha pasado ya sin escribir nada. Pero me he sentido tan absorbida por la experiencia que ni me planteaba perder un segundo en nada que no fuera mi bebé.
Pero ya estoy de vuelta por aquí, después de varios meses y con muchas cosas que contar. La pena ha sido no haber tenido tiempo (ni ganas) de escribir antes, ya que algunas cosas las veo desde otra perspectiva pasado el tiempo, sobre todo el postparto.
Empezaré contando mi parto, ya que desde la semana 28 poca novedad hubo, excepto que seguí engordando, cogí la baja y el cansancio se hizo horroroso.
En mi semana 38, lunes 18 de junio, tenía que ir a monitores por 2ª vez. La semana anterior tenía el cuello casi borrado, pero no tenía síntomas de que el parto estuviera cerca. Creía que no habría mucha novedad, pero al examinarme el ginecólogo me indicó que estaba dilatada de 2 cm, las pulsaciones del niño habían disminuido un poco en relación con la semana pasada y la placenta estaba empezando a envejecer.
Después de decirme todo esto "me dio a elegir", o esperar y que pudiera haber complicaciones o irme esa misma noche al hospital y al día siguiente inducirlo. Obviamente hice lo que él me aconsejaba y le dije que nos íbamos al hospital.
Según salí de su consulta rompí a llorar de los nervios, pero me alegraba de que estaría todo muy controlado, y habíamos llegado al final del embarazo.
Hicimos maletas, comimos algo y nos fuimos al hospital. Allí me pusieron monitores una hora pero poco más.
Habitación del hospital

Esa noche fue emocionante, ya teníamos una cunita preparada a nuestro lado, en menos de 24 horas le veríamos la carita.
A las 9 de la mañana vinieron a buscarnos, nos instalamos en el paritorio y empezó todo: Me pusieron la vía con el suero, el enema (que desagradable!, pero ya estaba limpia para el resto del día), y la oxitocina. Empiezan las contracciones. No noto nada. Me suben la oxitocina. Sigo sin notar nada. Al cabo de un par de horas empiezo a notar "dolores de regla". Pasada otra hora más no se parecían nada a dolores de regla.
Tuvimos la suerte de que era la única ese día que iba a parir en ese hospital, por lo que la atención sería totalmente para mi. Mi matrona era muy simpática y muy atenta, y me dijo que al ser inducido podían ponerme la epidural cuando quisiera, que no tenía porqué sufrir, y que le parto no se pararía (cosas que lee una por ahí).
Como tenía la vía y los monitores no podía moverme más de dos pasos de la cama, por lo que opté por pedir la epidural. Fue muy desagradable, no solo el pinchazo (que también) si no el latigazo que me dio en la pierna y la sensación de frío entrando en mi espalda. Pero al momento la sensación fue muy agradable... ¿Sabéis esa sensación en la cara cuando el dentista te pone anestesia?, pues eso de cintura para abajo.
Solo estaba de 4 centímetros y habían pasado unas 4 horas por lo que nos relajamos. De echo yo me dormí una hora. No sentir nada y estar tumbada en una cama es muy aburrido.
Se pasó el ginecólogo para verme y como no había avanzado decidió romper la bolsa. Otra sensación desagradable, que aunque no fue dolorosa sentí mucha presión y a partir de ahí estaría soltando líquido casi constantemente.
(Arriba las constantes del bebé, abajo las contracciones de dos en dos)

Sobre las 7 de la tarde me dijeron que estaba de 8 centímetros y que faltaba muy poco. Tonta de mi le pedí a la matrona que me bajaran la epidural, ya que no sentía nada y no podría empujar. En qué momento... Casi de repente empecé a notar las contracciones, y mis piernas volvieron a tener sensibilidad total. Pero en cuestión de minutos las contracciones se hicieron insoportables, mi marido me agarraba y yo no podía dejar de revolverme en la cama. Otra dosis de epidural. Todo volvía a ser maravilloso....

martes, 10 de abril de 2018

Semana 28, nueva eco y nuevos síntomas



Aquí tenéis a mi bollito de crema. Parece un angelito, pero no para de moverse y sus patadas empiezan a ser incómodas, y en más de una ocasión dolorosas.
Se me han pasado muy rápido estas semanas, me he encontrado fenomenal y es cuando más peso he cogido. De momento llevo 7 kilos, estando de 6 meses y medio. Mi médico dice que no está mal, pero yo creo que el margen que tenía lo he perdido y no puedo descuidarme. Es verdad que el bebé está grande y tengo una barriga muy abultada que empieza a pesar, pero el resto de mi cuerpo no lo veo que haya ganado mucho.
Lo que ha cambiado en esta última visita al ginecólogo ha sido el resultado de la curva del azúcar. Se supone que la glucosa en sangre que tengo que tener pasada una hora de la primera extracción y tomar el "zumito" no puede llegar a 140mg, y yo tenía 137mg. Cuando le comenté que tenía las manos y los pies hinchados, y sobre todo las manos me duelen por la mañana me dijo que eso podía ser por el azúcar, estoy rozando la diabetes gestacional.
Antes comía bien, había reducido los azúcares y los fritos, ahora los tengo prohibidos, pero no solo los dulces tal y como se conocen, si no también la fruta dulce, he comido muchas fresas y eso puede no ser bueno, por lo que mi dieta se ha reducido de nuevo considerablemente.
Me siento culpable por todos los caprichillos que cedían a mi ansiedad, porque quizá mi bebé esté grande por ello, mi peso vaya en aumento y esté poniendo todo en riesgo. Pero se acabó, el tiempo que le queda dentro de mí será el bebé mejor alimentado del mundo. Cada bocado cuenta.
En un par de semanas os contaré el resultado de las pruebas que me volvió a mandar, me pidió una analítica bastante extensa, y guardar la orina de 24 horas... Esto ha sido un rollo, por eso lo he hecho en domingo, sin salir de casa. Veremos qué me sale.

El viernes que estaba de 27+4 fuimos a hacernos la eco 5D, fuimos con mi suegra, cuñada y mis sobrinas. Fue una experiencia muy bonita, verle moverse mientras le sentía dentro era muy chulo, verle sonreír, estirarse, sobre todo que ya tiene mofletillos. Aunque tengo que decir que me parece un poco caro y si hubiera sido por nosotros no lo habríamos hecho, pero la abuela y la tía lo llenaron todo de babas, y las niñas se quedaron fascinadas.

Está bien que se mueva mucho, pero me gustaría que me dejara dormir por las noches.

Señora S.

miércoles, 14 de febrero de 2018

Semana 20, síndrome del nido.


En el ecuador de mi embarazo, hago balance y no puedo ser más feliz. Ya me siento embarazada, siento las pataditas de mi salmonete. Hace un par de semanas parecía un pececito y era una cosa muy tenue, pero ahora si me quedo un ratito en la cama y tengo hambre, él también y no me deja seguir durmiendo.
He pasado un par de semanas nerviosa, por saber si todo iba bien de verdad y por el síndrome del nido que he tenido (y sigo teniendo). Pero dejar las cosas importantes zanjadas me ha dejado mucha paz mental, tanta, que me he vuelto laboriosa y me he fabricado la almohada para embarazadas, esa pitón gigante para dormir, y la verdad es que es muy cómoda. Os digo las cosas que hemos decidido y que me tenían nerviosa por la indecisión:
- Silla del coche: el día que se me ocurrió echar una ojeada a los modelos existentes me dio vértigo, no solo por la cantidad de modelos, si no por la cantidad de prestaciones y por la seguridad tan variada que podían ofrecer. Haré un post dedicado a ello, pero sí deciros que nos hemos decidido por la Recaro Zero. 1 Élite.
- Carrito: esto sí ha sido una auténtica comedura de cabeza. Por la inmensa suerte que tengo de que mis abuelos me lo regalan, he podido mirar otras cosas y no solo el precio, pero aún así ha sido una comedura de cabeza. En cuanto lo tenga en casa haré post detallado del Bebecar HipHop XL.
- Armarios para su habitación: en casa tenemos 3 habitaciones, pero un solo armario en mi dormitorio, y desde hace mucho, es decir, desde que decidimos ser padres pensamos que en vez de poner uno tipo mueble, hacerlo de obra, hemos ahorrado y ya hemos encargado un señor armario para su habitación y para la que en un futuro sería la habitación de su hermanito/a. La obra será un poco lío, pero será el punto de partida para empezar a meter cosas, decorar, etc.
- Guardería: pensaréis "es muy pronto", sí, yo también lo pienso, pero nace en junio/julio, y no puedo llegar en octubre o noviembre a una guardería muy solicitada y decir, "tomar a mi hijo". Es más, hemos ido a una que nos gustaba bastante su situación y los comentarios de conocidos y al verla nos ha gustado más. Quedaban 2 plazas, y había que pagar matrícula para el siguiente curso el mes que viene. Yo me quedé blanca, pero ya está reservada la plaza y una cosa menos de la que preocuparse.
- Cositas varias: tenemos adjudicada la cuna, minicuna, bañera y vigilabebés, y resto de cositas que aprovecharé de amigos y familiares. Que suerte ser de las últimas en tener bebé, vamos a recibir mogollón de cosas, y eso es un ahorro.

- Eco de las 20 semanas. Le vimos ayer, y su tamaño justifica mi tripota, está grande, o "espigado" como dijo la doctora. Tenía todas sus cositas en su sitio y todo funcionaba bien. A pesar de lo tranquila que iba no pude evitar emocionarme, es que su corazón es música para mis oídos...

Reboso felicidad.


Señora S.

martes, 23 de enero de 2018

Semana 17, resfriado...


Una no sabe lo valioso que puede ser un medicamento hasta que no puede tomarlo. He soñado con Frenadol, Pharmagrip, Bisolvon... y han sido sueños muy agradables, quien me lo iba a decir.
Afortunadamente no ha sido gripe, no he tenido malestar ni fiebre, pero las toses y la congestión han hecho que no duerma bien, ni yo ni el Señor J. El pobre acabó yéndose al sofá un día, decía que tosía en sueños y no me tapaba, y todos mis virus iban hacia él.
Después de 4 días empeorando, un día llegué a toser tanto que me provocó arcadas, y me fui al hospital porque no podía respirar bien. Pues bien, el protocolo es claro, si no hay fiebre y la saturación de oxígeno es buena, Paracetamol. Ni antitusivos ni ningún otro medicamento. En la farmacia me dieron además Juanolas de miel y limón. Pero sin medicación, ni gluten, ni azúcar, ni nada de nada, menos mal que estaban muy ricas. Acompañado de lavados nasales con agua marina.
Y claro, esto a hecho que tenga el resfriado más largo de la historia, llevo así 10 días, y aunque ya no es doloroso toser ni me axfixio he tenido agujetas de toser, y seguro que mi gordito puede notar las toses, se me contrae el estómago y no me hago pis porque no está muy avanzado, pero toser con la vejiga llena ya empieza a ser peligroso.
No me hacía gracia tomar Paracetamol, que aunque dicen que no pasa nada, no deja de ser un medicamento y prefiero aguantar que estar cómoda, pero he estado fastidiada y he notado mejoría, eso si, ni cada 8 horas ni los 4 días que me dijeron. Lo habré alargado, pero no le he dado más veneno del necesario.
Por cierto, tengo dudas con las patadas, creo que aún no las noto, pero he tenido un par de sensaciones de movimiento, como un pececito golpeando mi tripa muy suavemente. Pero no estoy segura.
Tengo unas ganas locas de notarle.


Señora S.

martes, 9 de enero de 2018

Semana 15, novedades!!


Síiii!! Es un niño!!! Tenía sensaciones, o simplemente soñaba más con niño y me dejé influenciar. Lo siento por el Señor J que quería una niña, pero a mi me hace igual de feliz.
Pues bien, después de la eco de las 12 semanas llevamos los resultados al laboratorio donde me hicieron la extracción. Me dijeron que me mandarían un sms al móvil cuando estuvieran los resultados, pero yo no podía esperar y me dio por mirar antes. Error!! Colgaron unos resultados "provisionales", o esa fue su explicación, porque me encontré con que en general todo era Riesgo Bajo, excepto la Beta HCG, que me dio demasiado alta y tenía un riesgo bioquímico de 1/635.
Aparecía en rojo, y desde luego que un resultado en el que se determina el riesgo de que tu bebé tenga alguna anomalía no salga perfecto acojona mucho.
Pedimos cita inmediatamente con nuestro doctor y nos recomendó pagar el test no invasivo. Mucho más fiable y completo, y eso hicimos:
 

¿No os parece el verde el color más bonito del mundo?
Pues justo después de hacerme la extracción para el test, el laboratorio me mandó el sms y el triple screening dio perfecto, sin valores en rojo. La cara de tonta que se me quedó... La explicación fue que habían cambiado de programa. Da igual, ya estaba pagado el test prenatal, y aunque fueron 750 EURAZOS, han sido bien invertirdos, y si alguna vez vamos a por un segundo bebé, y mi economía me lo permite, lo pagaré con gusto. Además, sabemos el sexo del bebé en la semana 15 y sin dudas.
Mi médico me realizó una eco ayer, únicamente para verle y oírle, sigue tan inquieto y creciendo mucho. Me ha recetado vitamina D, ya que la tengo baja aún tomando Ovusitol D. Puede que sea porque no me da ni un rayo de sol... Gracias invierno.
Solo hay una cosa que me preocupa, y es que en todas las ecografías la placenta sale muy baja, y ahora está justo tapando el canal del parto. Mi médico me dice que no me preocupe, que ya subirá, pero y si no? A cesárea de cabeza... De momento no me deja hacer nada de pilates ni natación, solo caminar.
Esperemos que cambie pronto.

Señora S.