miércoles, 20 de diciembre de 2017

Semana 12!!!


Y aquí está mi bolita!! Con una 4d y todo. Estoy eufórica, feliz, llena de amor y de mucha tranquilidad. Ayer estuve en la ecografía de las 12 semanas, en la que junto con la analítica ven el riesgo de síndromes como el Down, Edwars, etc. Fue toda una experiencia.
Vinieron mis padres, ya que era en Madrid centro y no viven cerca de mi, por lo que venir a otra ecografía les resultaría más difícil. Entraron el Señor J y mi madre, había una pantalla para ellos, y otra para mi. Según me tumbé en el potro el corazón se me aceleró, había estado tranquila, pero este momento era decisivo en el resto del embarazo.
Según me echó el gel y puso el ecógrafo en mi tripa, ahí estaba, muy grande y muy formado desde la última vez. No había pasado ni 10 segundos y la doctora dijo que veía el pliege nucal muy bien. Empecé a llorar. Pensé en reprimirme y no comportarme como una primeriza sensiblona. Pero se me empezaron a caer las lágrimas y no pararon hasta el final. El Señor J también lloró y mi madre, creo que de verle a él.
La bolita no paró de moverse, estiraba las piernas y se tocaba la cara, no se lo puso fácil a la doctora, pero lo vio todo fenomenal.

Al final del todo le pregunté si se veía el sexo, y me dijo que me daba un 70% de probabilidades de que fuera una niña. Más lágrimas. Aunque no me haré más ilusiones.
Hoy he llevado el informe al laboratorio para que junto a la analítica me confirmen que todo está bien. Pero desde luego verle estirarse y moverse de esa manera, y que todo lo que observaron estuviera bien, nos ha dejado muy tranquilos.
Mil gracias a la Doctora Bermejo de Delta Ecografía, ha sido un placer estar en su consulta.

Señora S


domingo, 10 de diciembre de 2017

Semana 9 y 10


Feliz es poco, estoy exuberante de entusiasmo, mi ginecólogo lo llamó CATARSIS. El miércoles de mi semana 9 fuimos a por la tercera ecografía, y por alguna extraña razón estaba más nerviosa que en las 2 anteriores, quizá fuera porque la semana 9 nunca la habíamos superado.

Voy a puntualizar que el Señor J y yo siempre grabamos las consultas, por nuestra experiencia, hay momentos tensos en los que tu mente se bloquea o simplemente todo lo que se habla en la consulta es un montón de información de la que luego no nos acordamos o cada uno ha interpretado algo diferente, y tenerlo grabado nos ha ayudado mucho, tanto para la toma de medicamentos como de cualquier comentario que en mi memoria era inexistente.

Esta vez además tenemos grabado el corazón, lo hemos cortado y tengo un audio de 10 segundos para escuchar su corazón cuando me apetezca. Y por supuesto las abuelas ya lo tienen en sus respectivos wasaps.

Me emocionó no solo el sonido de su corazón, si no ver cuatro puntitos pertenecientes a sus bracitos y piernecitas, verle moverse, y que mi médico lo vea tan bien que ya no me vea hasta la semana 15, con la eco de las 12 semanas de por medio.

Se me cayeron unas lágrimas en el potro, pero cuando vi a mi marido y me senté a su lado se me escapó el llanto y un suspiro que el ginecólogo llamó "catarsis". No se lo que sería, pero me liberé de una angustia tremenda, mis vistas a las navidades cambiaron por completo, y pensamos que habría que contarlo a la familia, no podíamos esperar.

Lo mejor es que empiezo a decirle adiós a la progesterona, de tomarla cada 8 horas, en la semana 10 solo cada 12, en la semana 11 cada 24 h, en la 12 cada 48 horas y adiós!

En cuanto le vea en la semana 12 creo que voy a explotar de emoción...

Señora S.

lunes, 13 de noviembre de 2017

Semana 7, cita con el endocrino


Esta semana está siendo horrorosa, se me está haciendo eterna. Las náuseas están aumentando y si no me aguantara acabaría vomitando. De hecho el fin de semana pasado tuve mi primer vómito por culpa de unos doritos, que me encantan, (bueno me encantaban...) Aún oliéndolos y no gustarme, los comí. Al fin y al cabo los olores pueden molestarme, pero algo que me gusta, me gusta, y punto. Pues ahora solo de pensar en ellos se me revuelve el estómago. Otra cosa menos.

El lunes estuve en el endocrino, ya que mi ginecólogo vio algunos valores que no le gustaron, y efectivamente, el endocrino me ha puesto en tratamiento, una pastilla por las mañanas, en ayunas y 15 minutos antes de comer nada.

Los embarazos pueden alterar la tiroides, y es importante que te pongan en tratamiento antes de la semana 10, ya que el embrión no puede generar sus propias hormonas tiroideas y se alimenta de las tuyas. He leído mis análisis anteriores y tenemos en lista otra posible causa de los abortos anteriores.

Por segunda vez le oímos el corazón, mucho más fuerte y rápido que la vez anterior, y esto me tranquiliza mucho. Pero aún así me cuesta hacerme ilusiones, aún no hemos superado la duración de los dos embarazos anteriores, y aunque tengo muchas más náuseas y malestar que las otras dos veces, esta vez sí sería un palo, porque sé que está ahí dentro, una cosita de un centímetro con su corazoncito latiendo.

Señora S.

jueves, 9 de noviembre de 2017

Mi bicho tiene latido!!!


Latido y forma correcta, que llorera, que alegría, como dijo el Señor J "acabo de verte una mochila de 100 kilos caer al suelo". Y tanto, han sido un par de semanas muy estresantes, de muchos nervios, en el fondo tenía una sensación de pesimismo muy grande, he llorado, he rezado, he mirado mi tripa pensando en si habría vida ahí dentro. Al final el último día estuve más tranquila pensando en que si volvía a fallar, me iría a una clínica directamente.

Pero no hizo falta, según me tumbé en el potro, lo encontró, y a pesar de estar en la semana 6 yo misma pude ver su corazoncito moverse, intentó buscar el sonido diciendo que sería difícil, pero lo escuchamos, bajito, pero ahí estaba. Se me saltaron las lágrimas.

Intenté no llorar, y cuando me vestí y vi a mi marido casi se me vuelven a saltar las lágrimas.
Mi médico fue obtimista, me ha recetado Ovutsitol D por déficit de vitamina D, y me ha mandado al endocrino, parece que tengo la tiroides algo alterada, pero el verle contento me hizo feliz.

Mis síntomas parece que van en aumento, las náuseas cada vez son más fuertes y duran más, el pecho lo tengo muy dolorido, pero por encima de todo, tengo un sueño horroroso.

Voy a permitirme hacerme ilusiones con una cosa. Y se trata del método Ramzi de predicción del sexo del bebé por su posición en el útero.
Niña: a la izquierda.
Niño: a la derecha.


¿Que opinas? ¿Voy comprando cosas rositas? El tiempo lo dirá.

Señora S.

viernes, 27 de octubre de 2017

Mi tercer positivo!!

Como leéis, así, de sorpresa total, y de forma inesperada. Bueno, inesperada no, pero mi impaciencia me ha costado un berrinche, y unos actos que espero no tengan consecuencias.
En primer lugar, tenía muchas esperanzas puestas en este mes, estuvimos de vacaciones en mi semana de ovulación y tuve muchos síntomas. Me hice un par de test de embarazo demasiado pronto pero confié en que alguna pequeña señal tendría. Pero no fue así.

Viernes 20 de octubre, me hago un test de embarazo siendo mi día 26, muy pronto, pero en los dos embarazos anteriores ya aparecía una rayita muy tenue. Quizá me la hice porque me levanté con infección de orina y sospechaba que acabaría tomándome algo. Así fue, y no solo eso, por la noche acabé en urgencias para que me dieran antibiótico, ya que tenía sangre en la orina, y no aguantaba el dolor.

Martes 24, dejo la progesterona, por fin, otros 15 días siendo yo...

Miércoles 25, me levanto como mareada y un poco revuelta, algo leve, pero..., ya no tiene sentido, llevo más de un día sin progesterona. Un momento! no tengo ni un síntoma de regla! y normalmente es dejar la pastilla y mi vientre empieza a pinchar y a inflarse, mis pezones siguen con las largas....
Test al canto, POSITIVO! No me lo creo, he pasado por esto ya 3 veces, pero esta vez si que no, en mi post anterior ya comenté que teníamos cita para la histerografía y para Ginefiv.

El berrinche que me cojo a continuación roza el ataque de ansiedad, me tiemblan las manos y no puedo ni moverme, solo de pensar que había tomado antibiótico, que anoche me tomé una cerveza y que había estado un día sin tomar progesterona.... uff...

Cuando me calmo, me ducho, sigo llorando, escribo al Señor J que estaba en el gimnasio y le digo que antes de ir a trabajar pase por casa. Como es como es, me pregunta que porqué y qué pasa, al final le tengo que mandar una foto del test. Siendo el tercer embarazo la magia de la noticia se pierde un poco.

Estamos muy contentos, pero no vamos a contarlo, esta vez no, solo lo saben mis compañeros de baile, por razones obvias, pero al menos hasta que no oiga que late su corazón no quiero volver a darle esperanzas a nadie.

Eso sí, voy a permitirme ilusionarme, tener claro que esta vez sí, y no pensar en miedos ni pesimismo, si me tengo que llevar el palo, pues me lo llevaré, pero voy a inundarme de pensamientos positivos.

Señora S.

PD: Me hacía especial ilusión probar un ClearBlue donde te dice las semanas de embarazo. No merece la pena pagar 16 € por esto, pero bueno, ahí está.

miércoles, 18 de octubre de 2017

Seguir esperando?


Han pasado 3 meses desde la última entrada, en la que me iba a relajar y ponía esperanza en el final del verano. Y sí me he relajado, he pasado unas vacaciones en las que he conseguido relajarme de verdad, de hecho este último mes he tenido síntomas claros de ovulación. 

Lo he llevado bastante bien, pero este sábado creo que todo ha explotado un poco. El sábado siendo mi día 22 del ciclo (ya se que era muy pronto), me hice un test por si salía un rayita muy tenue, y era negativa, bueno, vale, respiremos y sigamos esperando. Pero teníamos comida familiar, y en un momento en el que todo el mundo hablaba y afortunadamente no se dieron cuenta, mi sobrina de 8 años me preguntó "Tía ¿tu bebé era tan pequeño que se murió?" Me quedé blanca. Si hubiera tenido algo en la boca me habría atragantado. No me lo esperaba, y no supe que contestarla, miré a mi alrededor a ver si alguien la había escuchado, y agradecí que no, porque no quería que todos corrieran a decir lo primero que se les pasara por la cabeza para que la niña tuviera su respuesta y a mi no me molestara, eso habría sido peor. Le dije que sí, ella me expresó sus ganas de un primo y yo le dije lo de siempre, que la carta a la cigüeña estaba mandada, y lo mismo se había perdido.

Por la tarde quedamos con unos amigos en un cumpleaños, y tuve una charla de unos 40 minutos sobre mi situación con una amiga que con 45 años tiene un niño de 6 meses. Al final hablar de esto mientras le da el pecho, y rodeada de niños, aunque yo piense que no me afecta, me afecta.
No se si sería que con un par de cervezas me pongo más tontorrona, pero fue llegar a casa y empezar a llorar. Necesitaba desahogarme de todo el día.

Estos días son los que me hacen volverme impulsiva en cuanto a tomar decisiones sobre mi fertilidad, pero quizá también lo necesite y dejar de esperar, esperar y esperar.

Ya tengo cita para la histerosalpingongrafía, y también hemos pedido cita en Ginefiv para el 8 de noviembre. Quizá sea precipitado, quizá no, pero nadie me dice qué hacer y me guío por mi instinto. También porque no puedo más, todos los meses un negativo, todos los meses 15 días de progesterona que no me dejan concentrarme en nada, que me dan síntomas que me hacen pensar que ese mes sí, que hace ya un año del segundo embarazo, y que cada vez que le saco el tema a mi marido de lo que he pensado ese día, acabamos discutiendo, él no quiere darle más vueltas y siempre va a ser lo que yo quiera. Me siento muy sola y no se hasta donde podré llegar.

Anoche le dije que tenía dudas en el tema de la clínica, aunque habíamos dicho que para octubre si no había resultados pediríamos cita, bueno lo dije yo, él se deja llevar, pero tengo dudas. No es por el dinero, es un poco todo, se supone que por edad me recomendarían una IA, y eso supone pincharme varios días seguidos, ecografías cada dos días, y la presión que supone.

Además no voy a la clínica que quiero, después de mucho indagar, mi médico me recomendó 3 clínicas, y por suerte las tres tenían un horario hasta las 21 o 22 de la noche, genial para mi y para no tener que pedir tardes en el trabajo. Me decidí por MadridFIV, por las estadísticas que vi en la Sociedad Española de Fertilidad. Pero cuál es mi sorpresa, que el horario es un engaño, pone que atienden hasta las 21h, pero no es cierto, la última cita es a las 19h, por lo que imposible. Asique pregunté en mi segunda opción, Ginefiv, y no nos ponen ningún problema.

Pensé en ir a otro ginecólogo a pedir una segunda opinión, que me confirmara que tomar la progesterona me venía bien, que era estaba en el camino, pero mi marido no quiere volver a cambiar de ginecólogo y quedarnos donde estamos.

De momento iré a esas dos citas y pensaré en mi segundo paso, ya que si le doy más vueltas me va a explotar la cabeza.

Señora S.

jueves, 6 de julio de 2017

Ginecólogos serios y las cosas claras

 
Hace poco más de dos semana fuimos a ver al ginecólogo. Me llevé la bronca. O al menos así me lo tomé yo. Hoy lo veo con otra perspectiva. Fui a por la receta de la progesterona, pero quería aprovechar para llevarle mis test de ovulación, que viera lo poco claros que eran y comentarle que la progesterona quizá interfería en la ovulación.

No quiso ni verlos, me prohibió hacerme más y me dijo que no me iba a estimular la ovulación, era muy joven y no serviría de nada. Me sentí un poco indignada, estuve más de 20 minutos en su consulta, y el 90% del tiempo fue un rapapolvo. Creo que me vio muy estresada.

Para mi los test de ovulación han sido muy útiles, me han orientado para tener más garantías de embarazo, pero ahora me agobiaba llevar 3 meses sin unos resultados claros y no conseguir el embarazo. Pero también estaba siendo estresante, me hacía el test de la saliva (ya contaré en qué consiste), tests de ovulación dos veces al día, pegarlos en un cuaderno y apuntar las fechas, compararlos unos con otros y siempre muy pendiente de mis cambios físicos. Me aguantaba el pis para poder llegar a casa y hacerlo en un botecito. Un simple gas que me produjera un pinchazo lo "quería " interpretar como la ovulación, y además, quizás hemos tenido más sexo del que nos apetecía, y todo eso pasa factura.

Estoy muy muy harta de que me digan que me relaje, que cuando no lo piense llegará, y quizá será verdad. Mi médico me lo contó de otra manera, me dijo que muchas veces citaba a las parejas para una IA y les daba la cita bastante tarde, para que se relajaran, dejaran de pensar en ello, total, ya tenían la cita, no había presión. Muchas no llegaban, se habían quedado embarazadas antes. Se habían relajado, habían ovulado y tuvieron relaciones por placer. Y voilá!

En cuanto a la inhibición de la ovulación me dijo que era falso. Que precisamente con los ovarios poliquísticos, un óvulo que no puede salir, la progesterona le puede ayudar, por lo que quizá la información que he estado encontrado por internet no ayuda.

Pregunta del Señor J: "¿y cuando sabríamos si está ovulando?"
Respuesta del Ginecólogo: "Cuando a tu mujer le suba la líbido"

Conclusión: después de dos semanas (que se me han pasado volando) sin mirar NADA en internet, no hacerme ningún test de ovulación, y hacer el amor cuando me apetecía, no se si habremos acertado, pero sabéis qué, no me importa. Estoy mucho más relajada, no me preocupa tanto, hemos decidido dejar el verano de descanso, y no pensar mucho en ello. Y la verdad que después de 3 meses así, estar el verano tomándome mis cervecitas, disfrutar de las vacaciones, y no planear todo en torno a la búsqueda del embarazo me ha beneficiado mucho.

Veremos si me dura.

Señora S.

sábado, 3 de junio de 2017

Test de ovulación (Parte II)

(Esta foto es de banco de imágenes)
Los test de ovulación pueden ser muy muy útiles. De hecho a mi me parecen tan sumamente útiles que su interpretación relativamente fácil me ha permitido conseguir dos embarazos en el primer mes de búsqueda (junto con Clue). El problema está cuando de repente el diagnóstico se vuelve difícil de interpretar.

El mes pasado fue la segunda vez que estando en búsqueda no nos quedamos. No cunde el pánico pero mi interpretación de los test de ovulación no fue muy claro, y este mes como he tenido algo de alteración de fechas por la progesterona he decidido hacer dos test al día y guardarlos para llevar un control. Como tenía unos test menos sensibles de otra marca he ido haciendo un contraste, ya que los de alta sensibilidad siempre me marcaban la línea, y claro, ya no es cuestión de si hay línea o no como los de embarazo, si no que hay que medir su intensidad, y eso puede llevar a confusión. Influye mucho lo diluida que esté la hormona, es decir, si he bebido mucha agua o si hecho pis hace poco.
Por lo que la manera de ver las diferencias es hacerlo siempre a la misma hora, y entre semana con el trabajo suelo beber más o menos lo mismo, mi desayuno, zumo, y café de media mañna, por lo tanto, a la misma hora todos los días suele ser bastante preciso.

El caso es que llevo como una semana con los tests a tope, es decir, todos los días son positivos, asique he hecho una consulta médica telefónica, que la suerte de tener seguro médico es que para una consulta rápida no hay problema. El médico ha sido muy claro, tomando hormonas, sean las que sean ese tipo de test se pueden ver alterados, incluso el método de la temperatura basal puede fallar. Me ha comentado que los tests de ovulación deberían indicarse solo para mujeres que no hagan tratamientos, que no tomen nada más que el ácido fólico y no alteren sus ciclos. Ha puntualizado que la LH que detectan los test de ovulación es la que genera la hipófisis por la subida de estrógenos, y normalmente sube más de forma natural, incluso a veces con la estimulación ovárica también podrían dar resultados confusos.

Espero que os sirva de información y disipe dudas cuando buscamos los días fértiles.

Quiero hacer una mención especial a Raquel, de www.embarazatest.com por su atención, la he consultado y ha sido muy muy amable y me ha informado estupendamente. Gracias Raquel.

Señora S

jueves, 27 de abril de 2017

La rayita solitaria

He podido sentir por instante esa frustración que sienten otras al no ver esa pequeña marquita de esperanza. Bueno, realmente han sido dos o tres veces....
 

En mis dos embarazos anteriores me ahorré esta frustración (aunque lo pague por otro lado), pero esta vez tenía no solo esperanzas, si no síntomas. La progesterona me ha hinchado, me ha hecho sentir calambres, sueño, náuseas y mareos. Me sentía embarazada, de hecho tuve un par de días de total convencimiento, sabía que era pronto, pero estaba segura de ver una pequeña manchita en el positivo.

Pero no ha sido así.

Probé con el ultrasensible, tampoco.

Ya he dejado la progesterona (y en parte lo agradezco enormemente), pero eso significa que por primera vez no hemos acertado.

Durante un par de días tuve una sensación de frustración, pero ya se me ha pasado, me centro en pensar que mi fecha de parto habría sido el 31 de diciembre... jajajaja, no es un consuelo muy grande, pero me venía mal.

Creo que nos adelantamos un poco a la ovulación, las fechas no eran las adecuadas o simplemente este no era el mes.

Espero que el mes que viene pueda hacer una comparativa de los test urltrasensibles y comprobar si realmente funcionan.

Señora S.

martes, 18 de abril de 2017

Sangrado de implantación???

No puedo evitarlo, lo intento, en serio, pero es inútil. Ya hace una semana de mis días fértiles, y aunque las otras veces también me quedó la sensación de que podría no haber dado en la diana, desde ayer noto cosas. Mis mareos y nauseas se han intensificado, pero también puede ser porque mi propia progesterona ha subido un poco y sumada a las pastillas, estoy medio drogada.

Pero ayer manché. No es una regla, de hecho quedan como 15 días para la regla, es de un color amarronado y es escaso, pero esta mañana era más abundante. He sentido algunos pinchazos, y ayer durante un rato tuve el pecho algo sensible.

He leído que el sangrado por implantación suele producirse a los 6/8 días, y que estando atenta a los síntomas se podría notar. Y yo me noto diferente.

Me prometí a mi misma olvidarme del tema hasta pasados 15 días que nos hiciéramos el test de embarazo, pero no puedo esperar, esta incertidumbre me mata, he pasado de pensar en que esta vez no habríamos acertado a temer un nuevo embarazo, y sí, he dicho bien, a temerlo. Temer esas náuseas, mareos, sueño, fatigas, a poder ilusionarme, y por supuesto a un nuevo aborto. Estoy muerta de miedo, quiero ilusionarme "lo que dure" para llevarlo de forma positiva, aún con un final no muy feliz, pero los pensamientos positivos me ayudarán más que los negativos.

Aunque el Señor J ayer se enfadó un poco por mi impaciencia, he pedido por Amazon unos test de embarazo ultrasensibles. Había leído sobre ellos y me quedó la curiosidad de si son efectivos. Tienen una sensibilidad de 5mlU/ml, mientras que los de embarazatest tienen 10mlu. (que por cierto, pude compararlos con otros de Amazon que me quedaban, y sigo recomendando esa página encarecidamente). Me llegarán en 3 días, y aunque es pronto me haré uno, si da negativo entonces esperaré unos 4 o 5 días.

Lo que tengo claro es que no hace falta esperar hasta el primer día de falta como dicen siempre, ya que mi fase lútea es muy larga, y las dos veces anteriores he detectado el embarazo mucho antes, unos 10/12 días después de mis días fértiles.

Para mi el sangrado de implantación es una señal, no me había pasado las dos veces anteriores, pero tampoco me había pasado entre ciclos, por lo que no le encuentro otra explicación que la de que algo se está haciendo un huequito dentro de mi.

O eso espero.

Señora S.

lunes, 3 de abril de 2017

Llegando a la casilla de salida


Bueno pues hoy me he dado cuenta de que estoy en la casilla de salida, a punto de colocarme para empezar la maratón que me espera. Ha pasado mi última regla de una forma rápida, pero con un bajón emocional que no me esperaba. Me ha pillado en un momento de agobio y estrés que hasta llegué a decirle a mi marido que no sabía si me quería ver embarazada y/o afrontando un nuevo aborto, y por lo tanto quería esperar. No es que no quisiera, es que esa semana tan estresante, con la mente puesta en lo que está siempre, pues me agobié, y falté a una de mis principales normas: no tomar decisiones cuando esté triste, enfadada, estresada o con la regla. El Señor J ya me conoce y no le dio importancia. Quizá también pensar en empezar a tomar Progefik con el malestar que provoca no ayuda.

El caso es que hoy he sentido esos síntomas tan sutiles parecidos a los días previos a la ovulación. Estoy en el día 9 del ciclo, y es muy pronto teniendo en cuenta que mis ciclos son muy largos, pero como no es la primera vez que me pasa no me ha extrañado. Ha salido muy tenue, pero positivo, no hace falta poner cara de chino para ver la línea.

Me he puesto nerviosa, de nuevo y por tercera vez vamos a pasar por los 2 meses más bonitos e intrigantes, porque no voy a pensar en esa ecografía de las 9 semanas, que cuando llegue ya me morderé las uñas.

Además hoy es mi cumpleaños y me lo voy a tomar como la primera vez que fuimos en busca de un embarazo sin saber como estaba la alineación de los planetas en relación con mi fertilidad.

Señora S.

jueves, 30 de marzo de 2017

El Kit de la cuestión


Ya puedo ponerle nombre a lo que pasa. Se llama progesterona baja, y aunque en este mundo incierto no se me puede asegurar que los dos abortos hayan sido a causa de ello, después de todos los análisis es lo único que no está bien.

Me hice los primeros análisis el día 2 del ciclo, hormonas, coagulación, orina y lo que más me dolió de todo: LOS CARIOTIPOS. Nos los hicimos los dos, 120 € cada uno, así sin anestesia, pero es una de las principales cosas para saber si genéticamente estamos bien y somos compatibles. Eso fueron 3 informes, y el 4º era el análisis que me tenía que hacer el día 22 del ciclo.

Empezaba a tener sentimientos encontrados, ya que tener unos análisis perfectos me daba tranquilidad, pero eso quería decir que nos encontraríamos en el punto de partida otra vez, y todo lo dejaríamos al azar de nuevo. Pero llegaron los análisis. Suelo mirarlos rápido, y solo pararme en los que puedan saltarse los valores de referencia del laboratorio, como mucho los comparo con los anteriores, pero como no entiendo no suelo darle más importancia. Hasta que los niveles de la progesterona en la fase lútea deberían estar entre 5,2 y 18,6 ng/ml (nanogramos por mililitro de sangre) y yo tenía 0,56 ng/ml. Me quedé muerta.

Inevitable e inmediatamente me metí en internet a bucear y esclarecer cuál era mi situación. Parece ser que es el diagnóstico más obvio a mis abortos, y otras mujeres han conseguido llevar a termino el embarazo suplementando la progesterona. Me alivia mucho y me cabrea a la vez. Si me hubieran hecho este análisis al principio no estaría así, pero mi médico sigue sin asegurarme que esto sea la causa y la solución, creo que no se quiere mojar.

De momento tengo que empezar con la progesterona en cuanto ovule, y dejarla si me llega la regla, y así hasta que me quede embarazada. Tengo las esperanzas por las nubes, pero de vez en cuando me aborda el pánico, verme embarazada de nuevo no se si me dará más alegría o miedo. Pero desde luego que no dejaré de intentarlo todo.

Pronto más noticias.

Señora S.

martes, 7 de marzo de 2017

Copa menstrual


Hace unos días una amiga me pidió un tampón o una compresa, le dije que no tenía. Al rato me dijo, "¿pero tú no te quejabas de que te dolía la tripa porque estabas con la regla?". Mi sonrisa fue la respuesta de "tenemos que hablar".

Cuando la dije que llevaba como 7 años sin usar un tampón se sorprendió. Compresas sí, porque después de los legrados no puedes introducir nada, y por desgracia y para más inri hay que andar con compresas. No la he descubierto algo totalmente desconocido, la Copa Menstrual ya la venden en muchos sitios, sobre todo farmacias, pero creo necesario hablar de ello.

Pues eso, hace 7 años, yo supe de su existencia por un tupper sex. Como lo lees. Aunque se introduzca por el mismo sitio que otros productos que venían al caso, no tiene nada de placentero ni divertido, pero más adelante aclararé por qué se ha introducido así. La persona que me lo explicó me iluminó de una manera que no me lo pensé dos veces, y aunque por aquel entonces era muy cara, hoy en día el precio no es un problema. Creo recordar que fueron entre 40 y 50 €. Pero hoy pagaría hasta 100 €.

Al principio me resultó algo molesta de introducir, y como principiante, me daba miedo que se perdiera ahí dentro, ya que tiene un "rabito" que dejándolo tal y como viene es molesto, y se puede cortar, al principio creí haberlo cortado mucho, pero más tarde acabé cortándolo casi del todo. Las primeras veces lo peor era quitarla, porque lo que era puesta, no se nota absolutamente nada. Y eso para mi ha sido la razón principal para no volver a usar otras opciones.

Quitarla y ponerla no es como un tampón. Yo los usaba con aplicador, y si por circunstancias te tienes que ver en un baño público en el que ni siquiera te puedes lavar las manos, no pasa nada, porque no llegas a tocar el tampón ni para quitarlo ni para ponerlo. Pero con la copa no, para ponerla tienes que doblarla un poco y ella sola se suele adaptar a tu cuerpo, pero para quitarla siempre hay que introducir un poco el dedo y quitarle el vacío, y por lo tanto, y para mi, no es para usarla muy lejos de una ducha o un bidé.  

Pero eso tampoco es un problema, ya que puedes llevarla puesta hasta 12 horas, dependiendo de tu flujo, pero puedo asegurar, que aguanta, por lo que con cambiarla por la mañana y por la noche es suficiente, y durante el día, te olvidas.

Una de las primeras veces que la usé, según me percaté de que la señora de rojo había llegado ese mes, me duché, lavé mi copa y me la puse. Pues esto fue a primera hora de la mañana, medio dormida y corriendo al trabajo. No la notaba, no sentía nada, y cuando tomaba la píldora anticonceptiva tenía ciclos en los que la regla no era dolorosa. Vamos, ni me enteré. Y ahí está el problema, ese día llegué tarde a casa, y me fui a la cama directamente. Al día siguiente... Ostras! Si yo estaba con la regla! Pues no había pasado absolutamente nada, estaba muy llena pero nada, ni un escape. Para mi fue la prueba de fuego.

Me he olvidado de comprar tampón, compresas, salvaslips, de lo doloroso que era quitarse un tampón los últimos días de la regla, del olor que puede producir una compresa, de los residuos que dejan, porque imaginar lo que producimos todas las mujeres del mundo "moderno" al cabo de un año... ¿Y el ahorro? Creo que está más que amortizada.

¿Dónde comprarla? Pues yo os voy a recomendar una página que descubrí cuando quise cambiar la primera que tuve. ¿Y eso de cambiarla? la compré con 24 o 25 años, y leí en varios sitios que si tenías un hijo o a partir de los 30, necesitabas un tamaño algo mayor (las cosas de la edad). Pues bien, la página es www.copasmenstruales.com y el pack que yo compré es este:

Todas vienen acompañadas de una bolsita de algodón, pero el esterilizador de silicona plegable me encantó, y las pastillas esterilizadoras me han ahorrado tener que hervirla, y ya he pedido más. Hay muchos modelos a elegir, y tenéis mogollón de productos femeninos muy interesantes.

Yo os animo a probarla, por el precio merece la pena arriesgarse, y en dos reglas lo tienes dominado.

Y si no, pensar en el medio ambiente.


Señora S.

martes, 21 de febrero de 2017

Samanta Villar


Al final he caído, no soy inmune a la polémica que esta periodista ha levantado por una entrevista, y he estado leyendo verdaderas barbaridades y también verdades como puños. Creo que todo el mundo sabrá ya que ha escrito un libro sobre su experiencia como madre y las primeras declaraciones han sido que ha perdido calidad de vida, que no es más feliz, y que ha llegado a la maternidad "engañada".

Desconozco lo que dice en el libro porque no lo he leído, aunque creo que trata bastante el tema de la ovodonación y los tratamientos de fertilidad en España, ya que ella ha pasado por ello. Pero sus declaraciones no han dejado indiferente a nadie, y a mi me produce sentimientos encontrados.
  • No entiendo como alguien que llevaba tanto tiempo intentando ser madre y que ha pasado por tratamientos de fertilidad, puede ahora arrepentirse. Esto no es un camino de rosas y creo que hay que estar convencido para intentarlo todo. Como infértil, me duelen esas palabras.
  • Creo que para hablar de una experiencia como es la maternidad, hace falta más de 21 días, y más de un año. De hecho creo que el primer año puede ser agotador, pero más superficial en cuanto a educación, ya que he visto como mi sobrina de 3 años ha puesto en jaque a sus padres, con situaciones que no saben controlar, mi sobrina de 10 ya tiene un pavo muy serio, y sin embargo el pequeño de 7 meses está siendo un sol. Es posible que se haya precipitado.
  • En el fondo quiero pensar que es puro marketing, ha conseguido lo que quería, que se hablara de ella y de su libro. No existe la mala publicidad.
Pero también tengo que decir que estoy a favor de muchas cosas. Me alegro de esa moda (postureo o no) que hay de ciertas "malas madres", me gusta que haya cierta rebeldía hacia el estigma de ser una madre perfecta, y por su puesto, de que se diga y se hable de ello, y aunque suene hipócrita, a cada mujer que sale con esas se la crucifica. Yo lo comento aquí porque de eso va mi blog, pero con otros temas en muchos de sus programas no he estado nada de acuerdo con sus conclusiones o con la dirección que llevaba en sus reportajes. Quizá lo que critico no es el hecho de que se arrepienta, si no de que haya dicho que entró en la maternidad engañada. Vamos a ver, hiciste un programa mientras estabas embarazada sobre la maternidad, entrevistaste a personas que ya eran padres o estaban buscándolo, e imagino que no serás una marginada social y tendrás amigas con hijos que te cuentan sus más y sus menos.

Puedo llegar a entender su postura, su trabajo y su modo de vida han podido cambiar de una forma muy radical, es una persona que viaja y trabaja muchas horas, y quizá ahora tenga que renunciar a eso. Pero sigo pensando que era una cosa muy obvia.

No creo que sus palabras puedan hacer daño a sus hijos, porque como digo, es puro marketing, y si les quiere y se lo demuestra día a día, esto quedará en una anécdota, pero si realmente se arrepiente y no es feliz, esta entrevista es lo que menos dañará a sus hijos. De todas formas es su opinión, y no tiene porque ser la misma que la de otras, hay mujeres que su objetivo en la vida es ser madres, y otras se sienten realizadas con otras cosas, no son madres y son felices.

También hay que pensar que le han venido 2 de golpe, que hay gente que se ahoga en un vaso de agua y que efectivamente puede no ser como ella había idealizado. Pero algunas nos ahogaríamos en ese vaso con mucho gusto.

Y por último, y pensándolo mejor, preguntármelo de nuevo cuando yo sea madre.

Señora S

martes, 7 de febrero de 2017

¿Y si nunca llego a ser madre?


Se que acabo de empezar a buscar un embarazo, que no llevo nada intentándolo, que lo que me ha pasado no es nada comparado con lo que le ha pasado a otras parejas, pero esto no siempre me consuela, y muchas veces pienso en si podría vivir sin ser madre.

Posiblemente sería muy feliz, haría cosas que no podría haber hecho con hijos, y por supuesto dispondría de más tiempo y más dinero. El dinero es importante, pero es verdad que no da la felicidad, pero el tiempo lo valoro muchísimo, tengo muchas aficiones y pasar tiempo con mi marido, viajar, pintar, hacer fotos, es algo que nunca me gustaría dejar de hacer, aunque sea en pequeñas pinceladas del tiempo que pueda quedarme. De hecho, cuando tengo tardes enteras para pintar, o me tiro una mañana con la cámara y el photoshop, o esos fines de semana sin planes que nos vemos un montón de pelis y series si movernos del sofá, pienso que eso se acabará. Por supuesto que estoy totalmente convencida de que lo cambiaría por completo con los ojos cerrados, pero ¿y si luego lo hecho de menos? Posiblemente sí, pero se que no me importará, otras cosas buenas vendrán.
Si no fuera madre me imagino como llenaría mi tiempo y las cosas que haría, pero siempre queda la sensación de que precisamente hay cosas que quiero hacer con niños, que no se disfrutan igual.
Luego está mi marido, a él le gustan los niños, se que sería (y será) un padrazo, pero al igual que a mi le apetece hacer cosas con niños, con sus niños. Cuantas veces hemos visto una situación con niños en la que ha dicho "con nuestro hijo..." o "cuando tengamos niños...". Entre nosotros hemos aplaudido o criticado muchas conductas que hemos visto en otros padres, nos hemos ido marcando nuestras pautas de educación que aplicaremos o evitaremos (a veces sin éxito), pero siempre con ganas de ver como se nos dará a nosotros.

Mi padre dijo una vez que un matrimonio sin hijos es como un jardín sin flores. Claro está que esto fue hace muchos años cuando yo vivía mi soltería y comenté la posibilidad de no tener hijos (mentira cochina, y lo sabía). Pero me ponía ejemplos de matrimonios de conocidos entrados en una edad que por circunstancias no habían tenido hijos, y cuando eres joven puede estar bien, pero a cierta edad enriquece mucho, y a veces es lo mejor que te queda.

Al final el otro día se lo pregunté a mi marido, "¿y si no conseguimos ser padres?", "No pasa nada", esa fue su respuesta. Me tranquilizó mucho que lo tuviera asumido, o por lo menos que su felicidad no dependa de que lo consigamos. Pensamos en las cosas que haríamos, escapadas, un viaje largo al año, un coche "menos familiar", y por supuesto, pasar mucho tiempo con los sobrinos, tenemos 4, que queremos con locura, y a los que no me importaría dedicarles toda esa atención maternal que tengo guardada. Pero que desde el punto de vista de tía se vive de otra manera. Creo que me llenarían mucho, con el permiso de sus madres haría más cosas con ellos, y podría mimar sin la presión de educar, y seguro que me harían muy feliz.

No es por dramatizar, creo que si yo pasara por las historias que he leído, en las que pasan años de decepciones, matrimonios que se resienten y a veces se rompen, que su único objetivo en la vida se ha convertido en algo que posiblemente no llegue, eso te hace infeliz y te hace perder años de tu vida. Pero ¿cuándo parar?, ¿en qué momento dices "hasta aquí"?, ¿en qué momento te planteas una adopción?, ¿en qué momento te planteas una vida sin hijos? Me gustaría oír experiencias de mujeres que decidieron empezar a ser feliz con la vida que les ha tocado, porque es de una fortaleza muy grande, una capacidad de adaptación y una voluntad que no se si tendría.

Como ejemplo, leí una vez la historia de una persona a la que le tocó la lotería y dejó de trabajar, para siempre, se dedica a vivir con muchos millones, y su familia cercana está muy desahogada, y entonces yo pensé, eso puede pasarme a mi, y de vez en cuando hecho una primitiva o un euromillón, y cada vez que lo hago pienso en lo feliz que sería quitando la hipoteca a mi familia, dejando de trabajar y a vivir la vida. Pero cabe la posibilidad de que nunca me toque, y no puedo dejar que mi felicidad dependa de ello. Pues esto es así, estas navidades con el aborto tan reciente, me di cuenta de que no me hacía tanta ilusión como otros años ver el gordo de navidad, porque aunque me tocara no me haría feliz, y no me gustó esa sensación. Para mi la verdadera lotería era un embarazo sano, el hijo que tanto deseábamos, pero que parece cuestión de azar, un azar que no nos sonríe.

Asique cada día intento disfrutar del tiempo que tengo, de las siestas, de los viajes y teniendo claro que llegado el momento, si no conseguimos ser padres o no nos toca la lotería, podría seguir siendo féliz.

Seguiremos jugando.



Señora S.

jueves, 2 de febrero de 2017

Sentimientos encontrados


Ayer tuvimos la cita en clínica Eva. Antes de nada tengo que decir que la atención, la información y la comprensión fueron buenísimas, como no me había imaginado. Nos trataron con mucho tacto desde el momento 1. Como conté anteriormente fui en busca de información, de una segunda opinión sobre el papel, sabía que no éramos candidatos para un tratamiento de fertilidad por el momento, pero se podría complementar de alguna manera.
Y así ha sido, me confirman que por el momento no se podría hacer ningún tratamiento, ya que mi ginecólogo privado está pendiente aún de que me haga los análisis que me mandó después del segundo aborto, pero me llevé todos los papeles para que lo vieran en la clínica y me confirmaran que vamos por el buen camino. Y es así, pero me lo han ampliado algunas pruebas, o al menos lo que necesitan si tuviera que volver a ellos. Me han pedido la antimulleriana, y los cariotipos, cosa que tendré que pagar de mi bolsillo, pero no me importa, vamos a descartar muchísimas cosas, y tengo muchas ganas de ver si hay algo que falla. Eso sí, han descartado hacer por el momento el seminograma a mi marido. Me tendré que comer mis palabras, pero el factor principal a tener en cuenta soy yo.
Salimos contentos de que fueran sinceros, que no nos quisieran vender a toda costa un tratamiento que no necesitamos, pero no se por qué razón (quizá fue estar durante una hora hablando de que no conseguimos un embarazo viable), me sentí mal, tuve la sensación de que ya era una realidad, de que habíamos acudido a una clínica y que lo que oía que tenían que hacer otras parejas, ahora me estaba pasando a mi. Con el primer aborto empecé a leer muchos blogs y veía como algunas chicas hablaban de cosas que no entendía, y que ahora me se al dedillo, abreviaturas que tuve que buscar su significado, precios, tiempos, intentos...
La realidad me ha dado un tortazo, ni es tan fácil quedarse embarazada ni las clínicas de reproducción hacen milagros. Un 35%??!! ¿Enserio?, ¿voy a dejarme 3.000 € en un tratamiento porque no puedo quedarme embarazada y solo me dais un 35% de probabilidades de éxito? Quizá para alguien que nunca haya conseguido un embarazo eso sea mucho, pero mi experiencia y mi suerte me dice que yo ya he desafiado a unos porcentajes mínimos, ¿qué probabilidades hay de quedarse a la primera dos veces consecutivas?
Quizá sea suerte, y donde no la hemos tenido ha sido en el millón de cosas restantes que influyen sólo hasta la semana 12. Cada vez oigo más cosas que mirar, mas factores a tener en cuenta, más temas que podrían salir mal, que incluso estando bien, tampoco salga adelante.
Está claro que tienen que alinearse los planetas, y todos conocemos casos en los que no podían o les ha costado conseguir la paternidad, pero cuando alrededor ya no quedan, eres la única que se va quedando atrás, parejas que pensabas que por la edad o por el tiempo que llevaban intentándolo no podrían, pero se van quedando embarazadas, y tu sonríes y das la enhorabuena, pero ya no sabes que pensar.
Creo que nunca en mi vida he tenido tantas ganas de que me baje la regla. Tengo todos los papeles preparados, me se los horarios de los dos laboratorios donde puedo ir según el día (de lunes a viernes o sábado), he hecho limpieza para no llevar analíticas antiguas o las ecografías de los embarazos que no fueron tal, y solo me queda mirar la aplicación Clue, y ver pasar los días.

miércoles, 1 de febrero de 2017

Quememos cartuchos



          Después de empaparme bien de información de porqué los defectos cromosómicos son la causa más frecuente de aborto, y cómo se producen, me hacen pensar que esto es una lotería, es azar, el soldadito más rápido es el más tonto, y no puedo hacer nada.
          Me niego, seré controladora, pero viendo el resultado del azar, yo no tengo suerte, y no puedo dejarlo en manos del "destino". Hoy en día la medicina moderna me ofrece muchas opciones como para quedarme sentada esperando, cumpliendo años y sin saber si esto tendrá un final feliz. Se que ahora mismo parezco la típica obsesiva compulsiva, pero odio verme como una víctima, que cuando lo cuentes te miren con pena, empiecen a darte cariño y acabes tú por consolar a los demás. Pero si hago todo lo que esté en mi mano para conseguir mi objetivo, aunque no sea así, no me sentiré inútil, y podré tener una sensación de consuelo de "hago lo que puedo".
          Esta tarde tenemos cita en la clínica EVA. Me he tirado a la piscina. No vamos a meternos de primeras en ningún tratamiento de reproducción asistida, pero en mi última consulta con el ginecólogo dijo que normalmente la culpa de los defectos cromosómicos suele ser del hombre, y sin embargo soy yo la que tiene pendiente 2 analíticas.
          Y digo yo ¿por qué no podemos empezar las pruebas por ellos?, ¿por qué siempre somos nosotras las que nos sometemos a todas estas pruebas? Alguien me dirá que no solo tenemos que conseguir la concepción, si no que tenemos 9 meses de maratón. Vale, pero yo no paso de la semana 10 y ya me dicen que puede ser él. Pues con todo el dolor de mi corazón le propuse hacerse un seminograma, sí, con todo el dolor de mi corazón, porque se que él no tomaría la iniciativa, porque el estigma de que un hombre no pueda concebir parece un tabú, pero si nos pasa a nosotras... pobrecitas. Basta! no se lo impuse, pero le dije que si cabe la posibilidad de que nos dijeran que tiene un bajo porcentaje de espermatozoides sanos, tomo otro camino, y no me estoy haciendo pruebas y directamente voy a la solución, pero no volvería a quedarme embarazada con un alto porcentaje de fracaso. Además, esa prueba no le va a doler...



Señora S.
        

martes, 31 de enero de 2017

Miedos


          Esta última experiencia creo que me ha hecho madurar como pocas cosas lo han hecho. Suena muy bien decirlo, pero hasta ahora todo me iba genial, y puedo decir que era una persona que conseguía lo que quería. He tenido una infancia feliz y mis padres, a pesar de enseñarme que hay que trabajar para ganarse las cosas, han procurado que no me faltara nada. He sentido su protección siempre detrás, y por fortuna no me ha faltado el trabajo. Vivo bien, soy feliz y a pesar de que si queremos buscar las cosas negativas las encontramos, no puedo quejarme.
          Hasta que llega el día en que te das cuenta de que no se puede tener todo en esta vida, que hay cosas que el dinero no puede comprar, que mis padres no pueden solucionar, y que nadie, absolutamente nadie puede ayudarme. Era de las que pensaba que ciertas cosas solo les pasan a otros, que era ajena a esos males y que nunca sería una víctima de la mala suerte de la que compadecerse.
          La primera vez que pasé por un aborto me decía a mi misma que en realidad no era para tanto, que todo pasaría y que no debía sentirme así. No me he visto nunca como una persona débil, pero me he sentido muy vulnerable y me he dado cuenta de que no soy tan fuerte como pensaba. Me podían pasar cosas malas y era tan vulnerable y débil/fuerte como cualquiera. Hasta que me ha pasado de nuevo. Me he visto delante de una situación que podía hundirme de nuevo, estaba ahí sin saber como reaccionaría, no sabía si dejarme llevar, pero tampoco sabía si podría evitarlo. Y he pensado más en el miedo que le tenía a volver a caer en esa tristeza que en el motivo principal que me hacía estar triste.
          A veces me dejo llevar, a veces se me ha acumulado un mal día en el trabajo, no he dormido bien, y de repente lo único que necesito es llorar, conducir con la música a tope y llorar a grito pelao. ¿Por qué no lloro en casa dejándome consolar por mi marido? Porque no. Sencillamente no quiero que se sienta mal, he visto como lo pasaba mal por la enfermedad de su padre y me ha roto el corazón, me he sentido impotente y se que verme mal solo le aporta tristeza y la misma impotencia. Él sabe que lo he pasado mal, y me ha visto llorar, pero quiero ser fuerte, no empeorar las cosas, que encuentre apoyo en mi o al menos que no encuentre otro problema.
          Creo que lo estoy consiguiendo, no he tenido los bajones que solía tener, tampoco me he martirizado leyendo foros en los que ves mujeres al borde del suicidio, o viendo vídeos que me recuerden todo eso. Quizá esta vez he tenido en mente que si volvía a encontrarme muy mal acudiría a un psicólogo sin pensarlo. La vez anterior me lo planteó mi marido y lo estuve sopesando, pero mejoré, y esta vez no iba a pensármelo dos veces, solo necesitaría que alguien me escuchara y me diera unas directrices o simplemente me convenciera de que todo saldría bien.
           En otro post hablaré de algo que creo que pudo aportarme bastante... "buen rollo", o bienestar, no se como explicarlo, pero un mes después creo que ya solo siento impaciencia por lo despacio que pasa el tiempo.



Señora S.
         

domingo, 29 de enero de 2017

Mi segundo aborto


          Ya no recuerdo si tenía un mal presentimiento o solo era precaución de no ilusionarme, aunque esta vez el palo fue mayúsculo. Una semana antes de mi cita con el ginecólogo acabé en urgencias por un pequeñísimo sangrado, no fue nada, pero yo no estaba para dejarlo pasar y no me lo pensé dos veces. Me confirmaron que todo estaba bien y que había latido. Eso me bastó, para mi era la prueba de que esta vez saldría todo bien, estaba de 9 semanas y ya había superado al embarazo anterior. No había razones para dudar.
          Llegó mi cita con el ginecólogo, no lo dudó, no era latido, solo era circulación sanguínea, pero no había un corazón, había una masa de tejido pero no era una personita. La forma era indefinida. Me enseñó una foto de como debería ser, y no se le parecía nada a lo que yo tenía dentro. Como ya había pasado por un legrado me recomendó hacerlo con pastillas, pero ingresada. Yo desconocía el procedimiento y no entendía por qué lo de ingresarme, pero se lo agradezco enormemente.
          Me introdujeron 4 pastillas de Cytotec, via vaginal, que provoca la dilatación y las contracciones del útero para que sea mi cuerpo el que expulse todo. El dolor es insoportable, no se si se parecerá a parir, pero los calmantes no me hacían nada y yo me revolvía en la cama. Cuando llamaron a mi médico, no imagino como estaría para que viniera una enfermera corriendo a pincharme morfina. Vomité y me dormí.
          Pasé la noche allí, al día siguiente otras dos Cytotec y otro calmante, pero para comer ya estaba fuera. No quiero imaginar como es posible que en la SS le den estas pastillas a alguien y le manden para casa, me parece vergonzoso. Vale que mi umbral del dolor es bastante bajo, pero creo que no he pasado un dolor así en mi vida.
          Esto fue el 2 de diciembre, y la revisión del día 21 la temía, no tuve el bajón hormonal que tuve la otra vez, yo temía mucho una nueva oleada de tristeza, pero no llegaba. Me encontraba bien, demasiado optimista, y un día antes de la revisión me dio por mirarme la beta, seguía embarazadísima. Ya sabía lo que pasaría, según entré por la puerta me miró, y me lo confirmó, quedaban restos, y bastantes, seguían creciendo, y por eso mi cuerpo no se reiniciaba. Me dio otras dos pastillas para ponerlas en casa, en dos días, y a la semana confirmaríamos.
          A la semana ya fui con más pesimismo aún, no me había dolido y no había sangrado apenas, estaba segura de que aún quedaban restos. Así era, no había otra manera que hacer un legrado. Había pasado por todo aquello para nada, otra vez a mentir en el trabajo, otro día de hospital. Dos días antes de nochevieja ingresada de nuevo.
          Fue muy rápido, la anestesia esta vez me dejó cao y me costó despertar. No llegué a mi casa hasta las 22h. De nuevo con molestias, pero al menos aliviada por no tener que esperar 3 meses, había sido un legrado muy leve y no había motivos para esperar tanto. En 2 semanas me vería el médico y me daría los resultados de la anatomía patológica. Estaba tranquila, ya había pasado por ello.
          Pero los resultados llegaron, y había tejido con necrosis y degeneración hidrópica, solo faltaba invasión trofoblástica para que fuera una mola y tuviera que estar un año sin poder intentarlo. Esquivé esa bala, pero me dio un mes más, mis cuentas volvían a romperse.
          Le comenté que sabía que no se solían hacer pruebas hasta un tercer aborto, pero no quería pasar una tercera vez por esto, o al menos no pasarlo si se podía solucionar de una manera sencilla. Para mi sorpresa accedió a adelantarme las pruebas. Y así estamos, esperando a que me baje la regla para el primer análisis, y a los 20 días el siguiente. Llevo una analítica bastante completa, y estoy convencida de que es suficiente, aunque no se si me alegraré o me frustraré si no encuentran nada. La incertidumbre es peor a que me diga, "pasa esto", "tómate esto", punto.


Señora S.

domingo, 22 de enero de 2017

Mi segundo positivo


          Como cambia la mente cuando has pasado por un aborto. Como cambian las conversaciones con tu pareja a la hora de volver a intentarlo, como te frenas para no ilusionarte, o al menos yo no me permitía hacerme ilusiones. Pero cuantas veces oí "es normal" o "pasa mucho" cuando tuve el aborto. Acabé odiando que me dijeran eso, pero al final me lo creí.
          Segundo intento. Bingo! Y de nuevo positivo. Pero la reacción fue de indiferencia ocultando miedo e incertidumbre. ¿Como se reacciona a esto? ¿Te permites volver a imaginar su habitación? ¿A pensar en nombres? ¿A pasear por la sección de bebés? Ni de coña, o al menos al principio. Por que llega un momento que piensas que es improbable que vuelva a pasar, que lo habitual es una vez, y esta es la buena.
          Cambiamos de ginecólogo, y aún sigo pensando que es el definitivo, al menos hoy por hoy quiero que sea él quien me lleve absolutamente todo, hasta el parto. También es muy sincero, igual te da la enhorabuena como te cae la bronca. Me recomendó un par de libros porque me vio con ganas de absorber información, una no puede estar embarazada y seguir haciendo su vida como si nada, no señor, yo no valgo para eso.
          Fue una primera cita, con su ecografía incluida, muy informativa, me recetó de primeras progesterona (Progefik), esperar, y disfrutar, así, tal cual puesto en el informe. Pero también me recomendó cogerme la baja, algo raro había visto, no había un latido claro, estaba solo de 6 semanas y era pronto para cualquier cosa. Pero me dio esperanzas, y no quise hacer caso de su duda.
          Maldita progesterona, esto es lo que deben sentir las embarazadas que tienen náuseas. Que horror, sueño y náuseas a partes iguales. Pero era feliz, no había dolor o malestar que pudiera quitarme esa sensación, "esta vez sí". Enseguida me noté hinchada y la ropa empezaba a ser un problema. Me atreví a comprar alguna cosita, me permití mirar precios de carritos, y al final acabamos por contárselo a la familia, esta vez sólo a la familia.
          Me hice 5 test de embarazo, casi todos los que me quedaban, al fin y al cabo no los volvería a necesitar. Me encantaba ponerlos en orden y ver como la beta salía cada vez más intensa. Los síntomas eran ya muy obvios y solo esperaba que pasaran las 12 semanas para dejar la progesterona y empezar a encontrarme mejor.
          No llegaría tan lejos.



Señora S.
         
         

domingo, 15 de enero de 2017

Test de embarazo y ovulación (Parte I)

 
          La primera vez que vi el precio del famoso test de embarazo ClearBlue aluciné, y seguidamente pensé que si fueran ellos los que se embarazaran valdría la mitad. Después vi por qué valía lo que valía, y todo es por esa pantallita que te da el resultado con un "emoticon" sonriendo o triste y te dice de cuantas semanas estás. Y pienso yo, si los médicos te ponen y te quitan semanas como quieren, tus cuentas solo valen para ti y no suelen coincidir con nada, y tu aplicación de turno te da otras, ¿es necesario tener más?... Imagino que a muchas que no lo buscan con interés y control les puede venir bien, aunque si te haces un test por un retraso..., 2+2 son 4.
          Fue a través de la youtuber Verdelis (si no la seguís, pasaros por su canal), que descubrí los maravillosos y económicos test de tira. Son exactamente lo mismo que lleva dentro cualquier test con "carcasa" de plástico, Clearblue incluído, ya que el reactivo que indica el pico de la hormona va en un material absorvente, y los fabrican en forma de tira.
          Lo bueno de que vengan así es que son muy baratos, los puedes comprar en packs y para las que lo intentamos, lo intentamos y lo intentamos, nos viene muy bien. Lo de económicos no lo digo por decir, los he llegado a comprar a 20 céntimos, comprando 20 o 30, que en su momento lo hice para que los gastos de envío, si los tenía que pagar fueran en forma de tira. Es decir, si no llegaba a un mínimo tenía que pagar 6 € de envío, por lo que si la compra tiene que aumentar en 6 o 7€ para que el envío sea gratis, pues por lógica lo aumento.
          Las páginas que he probado hasta la fecha son Amazón y Embarazatest (suelen tener bastantes ofertas), pero hay muchísimas más, comparé precios y envíos y en lo poco que puede variar es que la tira sea más gruesa. Aunque recomiendo fijarse en la sensibilidad que tienen, ya que no es lo mismo los de sensibilidad 25 y 50mUI/ml que los de 10mUI/ml. Es decir, hasta que en la orina no haya una cantidad de 50mUI por ml no lo detectan, por lo que, sobre todo con el embarazo, siempre será mejor optar por los ultrasensibles.
          ¿Por qué comprar tantos? Pues bien, cuando la aplicación me avisa de que se acerca mi ventana fértil, yo ya me estoy haciendo tests de ovulación, por la mañana y por la tarde, es recomendable hacerlos a la misma hora. La aplicación puede equivocarse, o mi cuerpo adelantarse, y es importante saber si la hormona está en aumento o por el contrario cada vez es menos detectable y está en descenso, y la ovulación ha pasado, aunque el pico más alto de la hormona no indica que la ovulación se produzca en ese momento, si no en 24/36 horas. El óvulo es fértil solo unas horas, de 6 a 24 horas, por lo que a veces se hace difícil. Pero la naturaleza suele tener un equilibrio y por cada óvulo con una vida breve, tenemos millones de espermatozoides que pueden aguantar hasta 72 horas a la espera de su presa, y solo hay que saber predecir qué días son más propicios.
          No solo los usos cuando vamos a "hacer bebés", si no para llevar un control también, ya que si la ovulación se retrasa, la regla se retrasa. Además es bueno conocer cuanto dura la fase lútea (fase que va desde la ovulación hasta la regla), y saber cuando habría que hacer un test de embarazo en el caso de un retraso.
          La parte negativa que pueden tener estos test, es que aparte de quitar romanticismo al proceso, te hace obsesionarte un poco. Cuántos test habré tirado por hacerlos cuando sabía que darían negativo, pero estaba impaciente por los resultados, tanto los de ovulación como los de embarazo. Por lo que llegó un momento en que me dije que sólo los usaría cuando la aplicación me avisara de que era el momento.
           Eso sí, parece mentira el escalofrío que puede causar una pequeña rayita en un trozo de plástico.



Señora S.

domingo, 8 de enero de 2017

Mi primer aborto

    
 
          He intentado empezar esta entrada de varias maneras posible, pero nada se me hacía correcto, bueno, correcto no es la palabra. Quizá si esto lo hubiera contado en su momento habría sido mucho más dramático y lacrimógeno. Pero las cosas se superan. Aunque no se olvidan. Esto menos.
          Me quedé embarazada a finales de marzo, y el 17 de mayo era mi segunda ecografía, esa en la que ya tiene que detectarse el latido, y yo estaba eufórica, madre y suegra estaban a la espera del mensaje, y en la sala de espera Señor J y yo cuadrando calendario para quedar con los amigos más cercanos y contarles la noticia. Estaba de 8 semanas, lo suficiente para contarlo, o eso creía.
         No se me olvidará nunca la cara de la doctora, mirando la pantalla y buscando algo que no había. Haberlo lo había, pero no tenía forma de lo que tenía que tener, y lo que no había era latido. "Es un aborto". Esas fueron su palabras, y un escalofrío me recorrió el cuerpo. No estaba preparada, para nada, es verdad que llevaba dos días un poco mosqueada porque había dejado de tener el sueño arrollador que me llegaba sobre las 8 de la tarde, y el pecho ya no me molestaba ni estaba tan sensible. Mi cuerpo me estaba avisando pero no quise escucharlo.
          Me citaron dos días después para hacerme un legrado. Había oído hablar de ello, sabía que era la mejor opción, o al menos no tan doloroso como las pastillas que dan en la Seguridad Social. La experiencia no puedo decir que fuera mala, la anestesia general es maravillosa, (ojalá la pudieran usar los dentistas), no me enteré de nada, no sentí nada, solo despertarme con el "problema" resuelto. Lo único malo que me fastidió fue tener que esperar 3 reglas para poder intentarlo de nuevo.
          A los 4 días del legrado me desperté una mañana, como todas las mañanas de los últimos 2 meses, pensando que seguía embarazada. Fui somnolienta al baño y cuando vi la compresa sentí como si cayera en picado. Una patada en la cara me habría dolido menos. Y ahí empezó todo. Empezó una época que nunca pensé que pasaría. Había leído algo así en los foros de abortos y en la poca información que había consultado sobre otras mujeres a las que les había pasado. Pero yo creía que era fuerte, y que esa tristeza de la que hablaban otras no era para tanto, no era el fin del mundo y eso a mi no me pasaría. Me equivocaba, y de lleno. Sí era para tanto, sí me parecía el fin del mundo, y me estaba pasando a mi.
           Fui un poco autodestructiva ya que me ponía los vídeos donde habíamos grabado como les dábamos la sorpresa a la familia. Eso me destrozaba. Ver el grito que dio mi hermana, la cara de "qué está pasando?" que puso mi sobrina de 3 años cuando su madre no dejaba de abrazarme, las canciones que quería cantarle "al bebé de la tía", o la pregunta estrella de mi sobrina de 6 años "¿Tía como te has embarazado?". A la familia del Señor J les habíamos grabado un vídeo con fotos del viaje y con la ecografía como sorpresa. Todo eso ya no sirve de nada. Nunca podremos dar la noticia de la misma manera, y ya nunca más será sorpresa.
          Con el paso de las semanas me di cuenta de que se trataba en parte de algo hormonal, y fue un bajón que no vi venir y que me dejó huella, porque sí me considero fuerte, y bastante racional, aunque nada me consolaba. El hecho de no poder controlarlo, de creerme la persona más desgraciada del mundo, de que un simple anuncio de pañales me hiciera llorar y de ver que empezaba a no dejarme llevar una vida normal hizo que me planteara buscar ayuda profesional. No fue necesario, la enfermedad de un familiar cercano hizo que mis prioridades cambiaran y pasaran a un segundo plano.
          Y por otro lado, y casi sin darme cuenta, mis tres reglas habían pasado.


Señora S.